Considera tu rutina de skincare como un pequeño viaje, donde cada producto es una parada hacia el destino final: una piel bonita, saludable y radiante. ¿Ya has marcado tus favoritos en el mapa? Estupendo, pero la técnica importa tanto como los materiales: ¿Qué pasa con los pasos de tu rutina? ¿Qué va primero, el contorno de ojos o el sérum? ¿Por qué el protector solar es siempre la última parada?
En el ámbito del skincare, adoptar una guía paso a paso no solo es la vía más rápida hacia resultados sobresalientes. Más allá de ahorrar tiempo, es esencial para optimizar el uso de tus productos y aprovechar al máximo las propiedades de cada uno de ellos.
No te pierdas; te guiamos en esta ruta para descubrir cómo el orden correcto de aplicación puede marcar la diferencia.
Índice de contenidos
Una piel radiante no es casualidad
Existe una verdad indiscutible: no todas las pieles son iguales, y esto se extiende a tu rutina de skincare. No todos los productos son iguales, ni su orden de aplicación. Para construir tu rutina perfecta, es esencial establecer tres reglas de oro:
Regla número 1: personaliza tu rutina según tu tipo de piel
Si buscas resultados, tienes que conocer tu piel. ¿La razón? Tus necesidades no serán las mismas que las de tus amigas o conocidas; cada tipo de piel es único y requiere cuidados específicos.
Usando los productos adecuados para tu tipo de piel, destacarás lo mejor de ella y podrás protegerla de sus vulnerabilidades. ¿Piel seca, normal, sensible, mixta o quizás con tendencia acneica? Puedes descubrirlo haciendo nuestro test.
Regla número 2: diferencia entre el día y la noche
Durante el día, el objetivo principal debería ser proteger tu piel de factores externos como la contaminación, los rayos UV y el estrés ambiental. Por la noche, en cambio, el enfoque se desplaza hacia la reparación y regeneración. ¿Qué quiere decir esto? Que habrá productos que no formen parte de tu rutina de día pero sí de la de noche, y viceversa.
Regla número 3: el orden de los productos sí altera el efecto
En general, empieza por los productos más ligeros y de consistencia más líquida. Después, puedes pasar a los tratamientos más densos o cremosos. Si lo haces al revés, las cremas más densas impedirán que los productos ligeros penetren bien la piel, por lo que se reducirá su eficacia.
Ahora sí, ha llegado el momento de hacer que cada producto cuente.
Tu rutina de mañana: paso a paso
Es el momento ideal para utilizar productos que protejan y preparen tu piel para el oasis de aventuras diarias, como antioxidantes, hidratantes y protectores solares, esenciales para combatir la exposición a los rayos UV y la polución.
1. Limpiador
Piensa en un lienzo en blanco, listo para ser pintado; con tu piel sucede algo similar. El limpiador es el primer paso porque permite que el resto de los productos que te apliques funcionen como esperas. Además, ayuda a eliminar impurezas, exceso de grasa y residuos.
2. Contorno de ojos
Hemos mencionado que las texturas ligeras van primero, pero con el contorno de ojos hay una excepción. Aunque las cremas para esta zona son más densas que un sérum, deben aplicarse primero.
La piel alrededor de los ojos es más fina que la del resto del rostro, por lo que requiere una atención especial. Al aplicar el contorno como paso número 2, ayudas a que sus ingredientes penetren de manera más efectiva y protege la zona frente al resto de productos más intensos.
3. Sérum
El sérum se aplica como uno de los primeros pasos después de la limpieza. ¿Su secreto? Tiene una alta concentración de ingredientes activos, por lo que aplicarlo directamente sobre la piel limpia y seca maximiza sus beneficios.
Este tipo de fórmulas específicas pueden ser excelentes aliadas en la lucha contra los radicales libres, además de atender necesidades concretas como arrugas, deshidratación o falta de luminosidad.
4. Crema hidratante
La crema hidratante no solo ayuda a sellar todos los pasos anteriores, sino que también mantiene tu barrera cutánea saludable, aportando hidratación y protección.
Usar tu crema hidratante favorita después de aplicar el sérum y el contorno de ojos proporciona una dosis de hidratación que mantiene la piel fresca durante todo el día. Este paso es crucial para mantener un nivel de humedad óptimo en tu piel y evitar una TEWL desproporcionada.
5. Protector solar
Esencial como último paso (o penúltimo si usas maquillaje), asegura que la protección solar permanezca en la superficie de la piel para maximizar su efectividad sin ser diluida o alterada por otros productos.
¿Lo mejor? No solo te protege de los daños de la radiación solar, como el fotoenvejecimiento o el cáncer de piel, sino que también puede incluir ingredientes con beneficios adicionales. ¿Hidratante, efecto buena cara, iluminador, corrector? Tú eliges.
Tu rutina de noche: paso a paso
Es el momento ideal para utilizar productos que promuevan la renovación celular, como retinal, ácidos y compuestos esenciales. Tu piel se recupera mientras duermes, así que dale lo que necesita para maximizar este tiempo de curación.
1. Limpiador
Por la mañana y por la noche, los beneficios que buscas en tu limpiador comparten objetivos, pero la rutina nocturna añade uno más: antes de acostarte, ayuda a eliminar las impurezas que se acumulan sobre el rostro a lo largo del día, como el maquillaje, el polvo o el sudor.
2. Contorno de ojos
Tu piel ha tenido un día intenso y seguro que agradece un mimo extra por la noche, sobre todo en las zonas delicadas como alrededor de los ojos. Busca una crema para el contorno de ojos nocturna que te ayude a limpiar las toxinas y activar las defensas antioxidantes de tu piel para que amanezcas con una mirada renovada.
Si te preocupan las líneas finas y las arrugas, el uso continuado de un contorno de ojos te ayudará a disminuirlas.
3. Sérum
Por la noche, opta por fórmulas que fomenten la renovación celular y la reparación, como las que contienen retinal. Este ingrediente actúa mientras duermes para reparar, hidratar en profundidad y combatir los signos de envejecimiento, ayudándote a conseguir una piel más suave y firme.
4. Crema hidratante
Dale a tu piel un extra de nutrición con una crema más rica y nutritiva que complemente la acción de tu sérum, optimizando la hidratación y fomentando la regeneración de la piel. Las fórmulas nocturnas, ricas en ingredientes activos, están diseñadas para nutrir y reparar el daño provocado por agentes externos, permitiéndote despertar con un rostro radiante y rejuvenecido.
Tu viaje nocturno de skincare concluye aquí, con solo 4 paradas, porque usar fotoprotector no es necesario. Pero si te has quedado con ganas de más, tenemos una rutina de ensueño para ti.
Personaliza tu rutina y observa la magia
Como un viaje no se disfruta igual con guía que sin guía, hemos creado un itinerario personalizado para cada paso. ¿Quieres descubrir cuál es el mejor limpiador para tu tipo de piel? ¿O quizás entender cómo actúan las cremas hidratantes? Sea lo que sea, aquí tienes toda la información que necesitas:
El paso 1 de tu rutina: la guía esencial de limpiadores faciales. |
El paso 2 de tu rutina: la guía esencial sobre contornos de ojos. |
El paso 3 de tu rutina: la guía esencial sobre sérums de día y noche. |
El paso 4 de tu rutina: la guía esencial de cremas hidratantes faciales. |
El paso 5 de tu rutina: la guía esencial sobre fotoprotección. |
Tus preguntas, nuestras respuestas
¿En qué paso va un exfoliante?
Es un tratamiento especial y su ubicación en la rutina depende de su finalidad. Por lo general, un exfoliante químico se utiliza después del limpiador. Se recomienda su uso por la noche, aunque también podrías usarlo por la mañana, dependiendo de tus necesidades y de tu tipo de piel; 1 o 2 veces por semana será suficiente.
Sigo los pasos al pie de la letra, pero noto que mi piel no mejora, ¿estoy haciendo algo mal?
Claro que no. Cada piel es única y puede reaccionar de manera diferente a los mismos productos o rutinas. Puede que algún producto no sea el más adecuado para ti o que necesites orientación de un profesional. Los dermatólogos están aquí para ayudarte, ¡no dudes en consultarles cualquier duda! Especialmente si tu piel reacciona de una manera inesperada.
Además, como con cualquier buen hábito, la paciencia es la clave. La piel necesita tiempo para mostrar mejorías visibles, generalmente de 4 a 6 semanas.
Un hábito de por vida
Una rutina es un hábito que se construye por y para siempre. De hecho, es un viaje con billete de ida pero sin billete de vuelta. ¿El mejor consejo? Disfrutar de cada paso del camino y amar a tu piel todos los días de tu vida. Te lo aseguramos, valdrá la pena.
Artículo escrito y revisado por:
Belinda es periodista y copywriter creativa. Tras años de experiencia, decidió fusionar sus habilidades de escritura con su amor por el skincare, convirtiéndose en una especialista en la materia. ¿Su imprescindible? Un buen bálsamo de labios.