La piel de la zona orbicular, el área que rodea los ojos, es la más fina del rostro. Es también una de las partes del cuerpo que mejor refleja aspectos tan personales como el paso del tiempo, el cansancio, el estrés o el estilo de vida. A veces, todas estas circunstancias se manifiestan mediante la aparición de arrugas, finas líneas de expresión, bolsas u ojeras.

Para ayudar a minimizar estas manifestaciones es recomendable introducir en nuestra rutina un producto específico para el cuidado cutáneo de esta zona, lo que comúnmente se conoce como contorno de ojos. Una de las primeras características que debemos tener en cuenta a la hora de elegirlo es que haya sido testado dermatológica y oftalmológicamente y que esté formulado específicamente para esa área tan delicada, evitando así que produzca irritaciones en una piel tan delicada.

Por otra parte, es importante prestar atención a los ingredientes y a los beneficios que estos aportan. Debemos tener en cuenta qué efectos queremos que nos aporten para priorizar uno u otros compuestos. Algunos de los ingredientes destacados son la vitamina K-Óxido, que actúa sobre las ojeras; la cafeína y la melatonina, que aportan acción antioxidante y ayudan a prevenir el fotoenvejecimiento; o el ácido hialurónico, que hidrata la piel en profundidad.