¿Cómo cambia la sexualidad de la pareja durante el embarazo?

Hay múltiples factores que influyen en la sexualidad de la pareja durante el embarazo, como son las características personales propias (cultura, educación, historia sexual previa, etc), el tipo de relación de pareja o la información que se disponga sobre el tema. Todos estos factores más los cambios anatómicos (aumento de peso y de volumen), fisiológicos y psicológicos determinan la sexualidad durante el embarazo y el puerperio.

La pareja tiene que adaptarse a estos cambios, pero también a los miedos y temores propios de cómo irá todo el proceso y el proyecto futuro. Sin duda cualquier situación nueva en la vida de toda pareja supone readaptaciones dónde la comunicación es fundamental.

¿Qué factores influyen en la sexualidad de la pareja durante el embarazo?

La sexualidad en una mujer gestante y la sexualidad con su pareja es única en cada caso y puede variar durante el proceso del embarazo. Como se ha mencionado al principio de este artículo, hay numerosos factores que influyen en la sexualidad:

• La propia persona: cómo era su sexualidad y salud antes del embarazo, cómo afecta actualmente el embarazo a su salud.
• El entorno: cómo es el ambiente laboral y familiar, si existen problemas laborales o familiares, cómo es su estado socioeconómico.
• La relación de pareja: cómo es la comunicación entre ellos/as, cómo reacciona la pareja a los cambios que suceden durante el proceso.
• Los cambios físicos: aumenta el volumen corporal de la mujer, cambia el abdomen, la mujer puede sentir que no es su cuerpo y que no es ella misma.
• Los cambios psicológicos: miedo e incertidumbre de cómo irá todo, de qué pasará cuando nazca el bebé.

¿Cómo afectan estos factores a la mujer embarazada?

Todos estos cambios se pueden sobrellevar e incluso disfrutar si el embarazo es deseado y si la mujer cuenta con el apoyo de su entorno. La necesidad de mimos y atención por parte de la pareja se vuelve muy relevante durante esta experiencia vital, al igual que la necesidad de mantener una buena comunicación entre ambos.

Si no se dan estas condiciones, la mujer gestante puede sentirse incómoda con su cuerpo y puede llegar a pensar que ha perdido su capacidad erótica, afectando de forma negativa a su sexualidad.

La sexualidad puede variar al largo del embarazo

En el primer trimestre es común que las mujeres tengan menos interés por tener relaciones sexuales. Es lógico que así sea si tenemos en cuenta que en este trimestre aparecen los síntomas de náuseas, vómitos y somnolencia. Todos estos factores más los cambios emocionales y psicológicos, como la incertidumbre de cómo será el embarazo y el miedo al riesgo de aborto, hacen que la mujer esté más cuidadosa y retraída, influyendo directamente en su deseo sexual.

A pesar de todo, si se siente deseada, querida y apoyada, la mujer embarazada logrará tener una satisfacción sexual óptima y podrá mantener una frecuencia sexual parecida a la que tenía antes del embarazo.

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