Todos hemos pasado por nuestro primer brote de acné en la juventud o en alguna otra etapa de la vida, pero… ¡Cómo hubiéramos deseado que ese momento hubiera venido acompañado de una explicación!
La adolescencia está marcada por momentos inolvidables: el primer beso, el primer concierto, las primeras vacaciones con amigos, la primera fiesta, las primeras graduaciones, el descubrimiento de nuestros gustos y pasiones… Sabemos que las espinillas y los granos puntuales no son los compañeros ideales para estos planes, ¡pero no tienen por qué ser un obstáculo!
El acné es una etapa mucho más común de lo que piensas y que nos sucede a todos. Pero para normalizarlo, tienes que conocerlo. ¡Vamos a por ello!
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Me ha salido un brote de acné en la cara, ¿qué es esto?
Querido lector, bienvenido a la etapa de la pubertad, un período en el que tu cuerpo va a experimentar cambios significativos y donde aparecerán los primeros brotes de acné. Pero, ¿por qué?
Durante esta etapa tan importante de tu vida, donde empiezas a hacer planes y convertirte en adulto, las hormonas de tu cuerpo cambian para acompañarte en el proceso. Estos cambios hormonales hacen que se produzca un aumento de la producción de sebo (aceite) en las glándulas sebáceas de la piel, lo que contribuye a la obstrucción de los folículos y eventualmente, a la formación de lesiones de acné.
| Nombre: | Granos y espinillas. |
| También conocidas como: | Acné. |
| Apariencia: | Guay, según Justin Bieber. |
Vamos a hablar de los términos que ya conoces
Durante la mayor parte de tu vida, las glándulas sebáceas de tu cuerpo van a producir la cantidad adecuada de sebo. ¿Qué pasa durante la adolescencia? Durante esta etapa, tu cuerpo experimenta madurez y desarrollo, lo que lleva a que las hormonas estimulen las glándulas para generar mayor cantidad de sebo.
Cuando se produce un exceso de sebo y se acumulan demasiadas células muertas en la piel, los poros tienden a obstruirse. En esta situación, las bacterias (particularmente las de la especie Cutibacterium acnes) pueden quedar atrapadas y comenzar a multiplicarse. Como resultado, la piel se inflama, dando lugar a términos que ya habrás oído alguna vez:
Puntos blancos: los verás cuando el poro se obstruye y se cierra. Sobresalen de la superficie de la piel y tienen la punta blanca.
Puntos negros: los verás cuando el poro se obstruye pero permanece abierto. Tienen una capa superior oscura y su color no se debe a la suciedad, sino a que la grasa y los residuos dentro de los poros se vuelven negros cuándo entran en contacto con el oxígeno del aire.
Los puntos negros y los puntos blancos se parecen, pero son afecciones de la piel distintas y deben tratarse como tal.
Pápulas (o granos): las verás como pequeñas protuberancias elevadas en la piel que no contienen pus. Suelen ser menores de 1 cm de diámetro y pueden ser de color rosado, rojo o similar al de la piel circundante. Son comúnmente el resultado de inflamación o infección.
Cuando tienen la punta blanca (llena de pus), las conocemos como pústulas (espinillas), este pus es la reacción del cuerpo ante la infección bacteriana.
Nódulos: los verás cuando la obstrucción de los poros alcanza niveles muy profundos de la piel. Tienen forma de bulto, son más grandes que los granos y pueden llegar a ser bastante dolorosos.
¿Por qué aparecen los distintos tipos de acné? Te lo explicamos en muy pocas palabras: durante la adolescencia, la mayoría de los brotes están causados por los cambios hormonales.
Las hormonas sexuales —estrógenos en las chicas y andrógenos en los chicos— aumentan durante la pubertad, desencadenando cambios físicos y emocionales.
Seguro que te lo estás preguntando: ”¿Cuándo desaparece la pubertad?”. Lo cierto es que no debería preocuparte, ya que el fin de la pubertad no significa el fin de los cambios en las hormonas ni de los granos.
El acné no es algo que termina cuando entras en la edad adulta; su intensidad disminuirá con el tiempo para la mayoría de las personas, pero puede aparecer de vez en cuando. ¿Significa esto que sufrirás acné durante toda tu vida? ¡Claro que no! Sin embargo, es importante recordar que los granos y espinillas puntuales están a la vuelta de la esquina. No debes permitir que afecten tus planes ni tu estado de ánimo.
La vida tiene sus idas y venidas, eso es un hecho, ¡pero nuestra piel también!
El acné a los 15, a los 20, a los 30 o a los 40
Oh, superar el acné en la adolescencia puede parecer un desafío, lo sabemos. Pero tienes que recordar que no estás solo en este viaje; mentiríamos si te dijéramos que los jóvenes adultos nunca han vuelto a tener un grano de vez en cuando.
En lugar de permitir que estos brotes puntuales afecten tu autoestima, considéralos meros pasos en el camino hacia una piel sana y brillante.
Consejo de experto: este es un viaje en el que vas a descubrir tu belleza tanto en tu piel como en tu interior.
Si bien es cierto que el acné de la pubertad tiende a ser más grave que el acné adulto, se dan casos en cualquier punto de la vida. Y si comparamos a los 2 géneros, los chicos tienden a tener tasas de acné ligeramente más altas que las chicas. Sin embargo, en la edad adulta las mujeres pueden sufrir más brotes de acné debido a las hormonas.
Además, las mujeres tienden a usar más cosméticos en el rostro que los hombres, y si estos productos no se eligen adecuadamente, pueden contribuir a la aparición de nuevos brotes.
Esa época del mes
¡Es hora de empezar a entender los cambios! Todas las emociones y síntomas que experimentas durante tu período crean el ”hábitat” perfecto para que los granos aparezcan.
Sobre la mitad del ciclo, los niveles de progesterona de tu cuerpo aumentan, lo que provoca que las glándulas sebáceas de la piel produzcan más aceite.
¿Alguna vez te ha aparecido un grano en la barbilla o en las mejillas durante la menstruación? Son sus zonas favoritas y sabemos que puede ser muy frustrante, ¡pero no los aprietes! Solo conseguirás que tarden más en irse.
Hay algo más allá de la pubertad
La pubertad juega un papel clave en tu experiencia con el acné, pero a partir de aquí, hay otros factores que estarán presentes en tu vida y que pueden contribuir a la aparición de brotes o espinillas ocasionales:
- La genética: la tendencia a tener comedones inflamatorios o la propensión a cicatrizar deriva en muchas ocasiones de la configuración de nuestro ADN. Es por eso que si nuestros padres tuvieron acné, es más probable pasar por esa situación.
Consejo de experto: habla abiertamente del tema con tus padres, ¡probablemente hayan pasado por lo mismo!
- Los productos cosméticos: llegará un punto en tu vida en el que empezarás a utilizar productos cosméticos con cierta frecuencia. Estos no solo pueden ayudarte a tener una piel más sana y libre de acné, sino que también te ayudarán a expresarte (por ejemplo, el maquillaje). Sin embargo, si no eliges productos no comedogénicos o hipoalergénicos, tu piel podría experimentar brotes de acné o reacciones indeseadas.
Consejo de experto: usa productos adecuados para tu tipo de piel y consulta a un profesional de la salud si tu situación de acné empeora o no mejora con el tiempo, ¡todo tiene solución!
- El estrés: la forma en la que manejas tus emociones y vives tu vida afectará a tu piel. El estrés puede desencadenar la liberación de hormonas como el cortisol, que aumentan la producción de sebo y la inflamación de la piel.
Si te preocupa la situación, no te comas la cabeza: el acné es una etapa como cualquier otra que irá desapareciendo con el tiempo y que podrás solucionar, ¡tú tienes el control!
“Mi relación con el acné ahora es mucho más calmada. Me encantaría no tenerlo pero ahora no me escondo“.
Ana Sofía, 16 años
Pero el acné en la juventud es normal
Como cualquier otro aspecto de tu vida, como cualquier otro plan o como cualquier otro acompañante, habrá momentos en los que el acné estará contigo. ¿Qué podemos hacer para prevenirlo?
“Estoy en un proceso de autocuidarme, porque veo el final”.
Jesús, 24 años
Esto va a ayudarte
Estás a punto de empezar tu viaje hacia un mejor cuidado de la piel y vamos a darte unos consejos para que te prepares:
- Calma: vas a oír hablar de limpiadores, cremas, fotoprotectores, exfoliantes, sérums… pueden parecer muchos nombres, pero incluirlos en tu rutina será muy fácil y es un hábito que te acompañará toda la vida.
- Se acabó eso de toquetearse la cara todo el día: presta atención al número de veces que te tocas la cara a lo largo del día, ¡tus manos pueden transportar bacterias y grasa a los poros!
- Dile adiós a reventar los granos: créenos, hay mejores maneras de tratarlos. Reventar los granos no solo puede aumentar el riesgo de infecciones, sino que también podría dejarte cicatrices.
- Los dermatólogos están para ayudarte: te escucharán, te aconsejarán y te darán el mejor tratamiento personalizado. No dudes en buscar ayuda profesional.
Un viaje de autodescubrimiento: las 4 claves para mantenerse positivo
Como has podido observar, el acné es un viaje, uno que no necesariamente tiene que ser largo ni durar para siempre. Existen tratamientos, hay soluciones, pero recuerda que tu piel está contando la historia de tu vida.
Lo más importante es que a partir de aquí mantengas una actitud positiva y te unas a nosotros en este viaje de autodescubrimiento. Repite con nosotros:
- Tengo una buena rutina de cuidado de la piel y veré resultados pronto.
- Soy más que mi acné.
- Cuanto más me estrese por mi acné, peor será. No dejaré que me asuste.
- La vida es muy corta como para pasarme todo el día pensando en algo tan insignificante como las imperfecciones de mi rostro.
Tu belleza no se mide por las marcas en tu rostro. La confianza que surge al aceptar tu piel tal y como es te convierte en una mejor versión de ti mismo.
Artículo escrito y revisado por:
Nuestro homónimo encarna el espíritu de abrazar la vida y todas sus maravillas. Como periodistas especializaciones en la salud y bienestar de la piel, exploramos temas que vigorizan los sentidos y mantienen viva la curiosidad. Creemos que una piel radiante es el resultado de un cuerpo y una mente saludables. Tejiendo belleza con ciencia, nuestro objetivo es inspirarte a vivir joven en cada edad.
Belinda es periodista y copywriter creativa. Tras años de experiencia, decidió fusionar sus habilidades de escritura con su amor por el skincare, convirtiéndose en una especialista en la materia. ¿Su imprescindible? Un buen bálsamo de labios.
