5 errores de fotoprotección que cometes al hacer deporte (y cómo evitarlos)

fotoprotección y deporte

¿Te suena alguna de estas situaciones? Sales a correr pensando que el cielo está nublado y no te vas a quemar. Te dejas llevar por las vistas increíbles desde la cima de la montaña y olvidas que, a mayor altura, el sol pega más fuerte. Estás en la playa, jugando con amigos, riendo, disfrutando, y el tiempo simplemente vuela.

Practicar deporte al aire libre es una maravilla, una forma de conectar contigo, con el entorno, con el momento. Pero si no cuidas tu piel, puede pasarte factura. Y no hablamos solo de una quemadura pasajera, sino de ese daño invisible que se acumula. Porque el daño solar no siempre se ve al instante, pero deja huella.

Hoy te contamos los 5 errores de fotoprotección más comunes entre quienes amamos el deporte (y también entre quienes lo están empezando a amar). Porque el deporte debería hacernos bien en todos los sentidos, también en la piel.

Error nº1: solo utilizar protección solar cuando hace sol

Según un estudio de Sport Life, realizado con más de 1.500 deportistas en España, el 45% solo usa protector solar en verano. Pero la realidad es que tu piel no funciona por estaciones ni por sensaciones térmicas.

La radiación UV está presente todo el año, incluso en días nublados, fríos o en esas mañanas en las que sales a correr temprano. De hecho, hasta el 80% de los rayos UV atraviesan las nubes, lo que significa que puedes estar dañando tu piel sin darte cuenta, incluso cuando el sol ‘aún no ha salido’.

No lo notas al momento, pero con el tiempo el sol va dejando huella en tu piel. Manchas que no se van, arrugas que aparecen antes de lo esperado, pérdida de firmeza, textura áspera… todo eso forma parte del photoaging, un proceso causado por la exposición repetida a la radiación ultravioleta. Y lo más preocupante es que ese daño también puede ir más allá de lo estético: con los años, aumenta el riesgo de desarrollar lesiones precancerosas o cáncer de piel.

La solución es fácil: ponerte protector solar debe ser parte de tu rutina, igual que atarte las zapatillas, calentar o beber agua antes de salir.

Error nº2: no reaplicar la fotoprotección

Una de las muchas razones por las que los deportistas necesitan cuidar especialmente su piel es por cómo reacciona el cuerpo al entrenar: sudor, calor, roce, exposición prolongada… todo eso afecta directamente a la eficacia del protector solar.

Cuando haces deporte al aire libre, la sudoración y la temperatura corporal aumentan, lo que puede arrastrar el producto, reducir su protección e incluso favorecer el daño celular por estrés oxidativo. Además, al estar en movimiento y bajo el sol directo, tu piel sufre más que en condiciones normales.

Por eso, no vale cualquier protector solar. Necesitas fórmulas diseñadas para el deporte: resistentes al sudor, ligeras, no pegajosas y que no irriten los ojos si se escurren con el sudor.

El dúo que gana el partido contra el sol

Fusion Water MAGIC by Alcaraz nació en la pista, creado junto al propio Alcaraz, que sabe lo que significa pasar horas al sol entrenando, sudando, compitiendo. El resultado: un fotoprotector facial con textura ultraligera, nada pegajosa, que se absorbe al instante, no irrita los ojos y, lo más importante, resiste al sudor sin rendirse. Su fórmula incorpora Thermal Aging Protection, un antioxidante vegetal que protege la piel del daño oxidativo provocado por el calor.

Él mismo nos lo resume: “Me encanta su textura, es súper ligero, no es nada pegajoso y se absorbe enseguida. Que sea resistente al sudor es clave”. Ciencia y deporte, jugando del mismo lado.

“Me encanta su textura, es súper ligero, no es nada pegajoso y se absorbe enseguida. Que sea resistente al sudor es clave”.

Carlos Alcaraz

¿Y el cuerpo? También juega. También suda. También se quema. Para eso, tu mejor compañero de equipo es Fusion Gel Sport, un fotoprotector corporal en textura gel, fresco, ligero y pensado para moverse contigo. Se extiende fácil, no deja residuo, y aguanta bien el roce, el sudor y el ritmo de cualquier entrenamiento.

Error nº3: aplicarte menos cantidad de la que tu piel necesita

Puede que uses fotoprotector, pero si no te pones la cantidad adecuada, es como si no llevaras nada. La mayoría de la gente se queda muy corta al aplicarlo, especialmente cuando hace deporte. ¿Te suena? Un poco en la cara, un toque en los hombros… y ya está. Pero entre el sudor, el roce con la ropa y el propio movimiento, esa capa fina desaparece antes de que termines el entrenamiento.

Lo que mucha gente no sabe es que la protección que aparece en el envase (FPS 50, por ejemplo) solo se alcanza si aplicas la dosis correcta. Si te echas la mitad, estás recibiendo mucho menos de la protección prometida. Y eso, en plena exposición solar, puede marcar la diferencia entre una piel cuidada y una piel dañada.

La regla es fácil: para el rostro, dos líneas de producto en los dedos índice y corazón; para el cuerpo, el equivalente a tres cucharadas soperas.

Error nº4: no reaplicar el fotoprotector cada dos horas

El estudio de Sport Life, también reveló que el 70% de los deportistas solo se aplica protector solar antes de empezar la actividad, y ahí se queda la cosa. El problema es que con el sudor, el roce y el paso del tiempo, esa protección se va degradando. Y rápido.

Pero no es solo un tema deportivo. El último estudio de hábitos de fotoprotección de ISDIN también lo deja claro: solo el 18,5% de los españoles se reaplica el protector cada dos horas en un día normal, y aunque en verano ese porcentaje sube al 72,2%, aún hay casi un 28% que no lo hace ni entonces. Ahora imagina en primavera, en invierno, o en esas rutas largas en bici o montaña donde se te olvida.

El consejo de los dermatólogos es claro: el fotoprotector hay que reaplicarlo cada dos horas, haga frío o calor, y sin importar la estación. Una buena idea es aprovechar los descansos para hidratarte, beber agua o comer algo. Ahí, en ese mismo momento, reaplica.

Error nº5: olvidar zonas clave del cuerpo

Te pones tu fotoprotector favorito en el rostro, los brazos y quizá los hombros… y ya. A correr. Pero luego, al final del día, te pica el cuello, notas las orejas ardiendo o descubres que tus labios están más secos de lo habitual.

Es uno de los errores más comunes (y más traicioneros): olvidarse de esas zonas que no parecen importantes… hasta que lo son. Las orejas, la nuca, el dorso de las manos, los empeines si vas en sandalias, los labios, e incluso el cuero cabelludo si tienes el pelo fino o llevas raya. Todas ellas reciben radiación igual o incluso más directa, y suelen ser las primeras en quemarse.

Además, en deportes como ciclismo o senderismo, donde pasas horas bajo el sol, estas zonas están mucho más expuestas de lo que crees. ¿La solución? Hacer un repaso mental rápido antes de salir, como si revisaras el equipo. Aplícate protector también en esas zonas olvidadas y, si estás mucho tiempo al aire libre, lleva contigo un stick facial y un bálsamo labial con SPF para reaplicar fácilmente en puntos clave.

Tu piel también juega este partido

Siempre lo decimos, protegerte del sol no debería ser algo que haces solo en verano o cuando te acuerdas. Si haces deporte al aire libre, tu piel forma parte del equipo. Corre contigo, suda contigo, se supera contigo. Pero también recibe cada rayo, cada descuido, cada reaplicación que no hiciste a tiempo.

Evitar estos errores no es complicado. Solo necesitas buenos hábitos, un fotoprotector que se adapte a tu ritmo y el compromiso de cuidar tu piel como cuidas tu rendimiento. Porque no se trata solo de verte bien hoy, sino de estar bien mañana.

La próxima vez que salgas a entrenar, recuerda esto: zapatillas, agua, ganas… y fotoprotección.

Siempre.

Referencias:
  1. *Motorpress Iberica. Encuesta uso de cremas solares. Sport Life. 2020
  2. 3er estudio ISDIN sobre hábitos de protección solar en España

¿Tienes dudas o comentarios? Escríbenos a consumercare.es@isdin.com indicando el título del artículo en el asunto y te responderemos lo antes posible. ¡Muchas gracias!

Artículo escrito y revisado por:

Senior Copywriter y Periodista en ISDIN

Belinda es periodista y copywriter creativa. Tras años de experiencia, decidió fusionar sus habilidades de escritura con su amor por el skincare, convirtiéndose en una especialista en la materia. ¿Su imprescindible? Un buen bálsamo de labios.