Paso 5 de tu rutina: la guía esencial de fotoprotectores ISDIN

En un mundo donde la piel es nuestro mejor accesorio, surge la gran pregunta: ¿cómo elegir el fotoprotector facial perfecto para tu tipo de piel y estilo de vida? Con tantas opciones en el mercado, encontrar el ideal puede parecer un desafío, pero no te preocupes, ¡estamos aquí para hacerlo fácil!

Hoy resolvemos tus dudas y respondemos a las preguntas más comunes sobre los fotoprotectores ISDIN. Hablaremos de SPF, radiación, caducidad y hasta de cómo integrarlos con tu maquillaje, para que proteger tu piel sea un hábito tan natural como lavar tu rostro.

Después de leer este artículo, ¡no volverás a salir de casa sin tu protector solar!

¿Qué es un protector solar?

Empecemos por lo más básico: un fotoprotector es un producto diseñado específicamente para proteger la piel de los efectos dañinos de la radiación solar, que incluye los rayos UVA y UVB.

Suelen estar formulados con ingredientes que actúan como filtros solares, absorbiendo o reflejando la radiación ultravioleta para evitar que penetre en la piel. Su principal objetivo es ayudar a prevenir o reducir los efectos nocivos del sol a corto plazo (quemaduras solares), y también a largo plazo cuando se emplea a diario (fotoenvejecimiento, manchas solares, riesgo de desarrollar cáncer de piel, etc).

¿Cuál es la diferencia entre los rayos UVA y UVB?

Existen diversas radiaciones del espectro solar que alcanzan la Tierra, entre las cuales se encuentran las radiaciones ultravioleta (UV), que poseen mayor energía. Estas radiaciones UV se dividen en UVA, UVB y UVC, siendo las UVC las más energéticas de las tres, aunque no logran atravesar la atmósfera gracias a la capa de ozono.

UVA

Los rayos UVA constituyen el 95% de las radiaciones UV que penetran la atmósfera y suelen ser constante todo el año. Aunque poseen menos energía que los rayos UVB, tienen la capacidad de penetrar más profundamente en nuestra piel, alcanzando la dermis. Broncean la piel, pero también pueden ocasionar la aparición de arrugas y el envejecimiento prematuro causado por la exposición solar (fotoenvejecimiento).

Además, pueden dañar el ADN de las células cutáneas y se ha observado que están involucrados en el desarrollo de ciertos tipos de cáncer de piel. Estas radiaciones son las que emiten la mayoría de las cabinas de bronceado. Debido a su presencia constante a lo largo del año, son la principal causa del daño solar acumulado.

Spoiler: los rayos UVA tienen una longitud de onda más larga y pueden penetrar fácilmente a través del vidrio de las ventanas. Por eso, es importante recordar que el uso de un fotoprotector debe formar parte de tu rutina diaria de cuidado de la piel, incluso en días nublados o en interiores.

UVB

Los rayos UVB afectan principalmente la epidermis, la capa más superficial de la piel. Su intensidad varía según diferentes factores, como la hora del día, la época del año, la latitud y la altitud. Además, su impacto depende de la superficie sobre la que inciden: aumentan en el agua y la nieve, pero disminuyen en zonas de sombra.

Son los principales responsables de las quemaduras solares y dañan directamente el ADN de las células cutáneas, lo que los convierte en un factor clave en el desarrollo del cáncer de piel.

¿Qué tiene que ver el fotoprotector solar con el envejecimiento de la piel?

Nuestra piel tiene memoria y acumula el daño solar a lo largo de los años. Cada vez que nos exponemos al sol, la radiación UV genera radicales libres, unas moléculas inestables que deterioran las proteínas de la piel y aceleran el envejecimiento cutáneo. Afortunadamente, nuestro cuerpo cuenta con defensas naturales en forma de antioxidantes para neutralizar estos efectos.

Sin embargo, cuando la producción de radicales libres es excesiva, se genera estrés oxidativo, un proceso que puede dañar las células y su ADN. Esto se traduce en signos visibles como líneas de expresión, arrugas y manchas.

¿Por qué es bueno usar un fotoprotector solar de amplio espectro?

Porque tu piel merece una protección completa, no a medias. Un fotoprotector de amplio espectro es como un escudo invisible que te cuida de la radiación UVA y UVB, ayudando a mantener tu piel sana, luminosa y libre de daño.

Todos los fotoprotectores ISDIN son de amplio espectro, formulados con filtros avanzados que garantizan una defensa completa, para que solo tengas que preocuparte de disfrutar bajo el sol.

¿Qué es el SPF?

El SPF, o Factor de Protección Solar, es el acrónimo de “Sun Protection Factor”. Y a diferencia de lo que comúnmente se piensa, no mide el tiempo que dura la protección, sino cuánto más puede tardar tu piel en quemarse con protector solar en comparación con no usarlo. Por ejemplo, si tu piel se enrojece tras 10 minutos sin protección, un SPF 30 multiplicaría ese tiempo por 30, es decir, tardarías unos 300 minutos en quemarte, siempre que lo apliques en buena cantidad y lo reapliques regularmente, ya que factores como el agua, el sudor o el roce pueden reducir su eficacia.

Siempre lo verás acompañado de un número, que nos da una referencia del nivel de protección frente a los rayos UVB:

• SPF Bajo (6-10)
• SPF Medio (15-20-25)
• SPF Alto (30-50)
• SPF Muy alto (50+)

¿Y qué pasa con el SPF 100?

El SPF 100 existe, pero su protección no es muy diferente a la de un SPF 50+. Mientras que un SPF 50 bloquea el 98% de la radiación UVB, un SPF 100 solo aumenta un poco más la protección, pero nunca llega al 100%.

Entonces, ¿vale la pena? Para la mayoría de las personas, un SPF 50+ bien aplicado y reaplicado cada dos horas es más que suficiente. Sin embargo, si tienes piel extremadamente sensible, tendencia a manchas o alergias solares, usar un SPF 50+ con fórmulas especializadas puede marcar la diferencia.

Recuerda: más que el número en la etiqueta, lo que realmente protege tu piel es aplicarlo bien y reaplicarlo a lo largo del día.

Empieza la búsqueda de los mejores protectores solares para la cara

Ha llegado el momento, es hora de escoger el aliado perfecto para todas tus aventuras bajo el sol. ¿Ya sabes qué lugar ocupa? Tu fotoprotector es el último paso en tu rutina facial diaria.

Paso 1: el limpiador facial

Paso 2: el contorno de ojos

Paso 3: el sérum

Paso 4: la crema hidratante

Paso 5: el fotoprotector

Básicos para cada día

Asegúrate de elegir uno que ofrezca protección de amplio espectro, alto SPF y rápida absorción. ¡Tu piel te lo agradecerá!

¿Te gusta maquillarte?

Entonces, tienes dos opciones para cuidar tu piel sin renunciar a tu look favorito. La primera es aplicar tu fotoprotector antes del maquillaje, asegurando una protección eficaz contra los rayos solares mientras disfrutas de tus productos de belleza habituales. La segunda opción es simplificar tu rutina con fotoprotectores con color, que combinan lo mejor de ambos mundos: protegen tu piel de la radiación solar, unifican el tono y aportan ese efecto buena cara que tanto nos gusta.

¿Buscas algo más en tu fotoprotector?

Si tienes manchas solares, piel sensible con rojeces, líneas de expresión o eres una amante del deporte y la aventura, hay una opción hecha para ti. Porque cada piel es única, y tu protección solar también debería serlo.

Para proteger tu rostro correctamente, elige un fotoprotector adecuado para tu tipo de piel y aplícalo en cantidad suficiente (alrededor de dos dedos de producto). Extiéndelo de manera uniforme, sin olvidar zonas como orejas y pómulos, y reaplícalo cada dos horas o después de sudar o mojarte.

Respondemos a tus preguntas sobre fotoprotección

¿Los protectores solares tienen caducidad o pueden usarse año tras año?

En todos tus productos cosméticos encontrarás el símbolo PAO con un indicador. Ese indicador es el tiempo que el fabricante garantiza que el producto es eficaz y seguro una vez abierto. Fuera de ese plazo, no se debería utilizar porque no se puede garantizar su eficacia o su seguridad. El farmacéutico Eduardo Senante te cuenta cómo organizar y renovar tus cosméticos año tras año.

¿Hay alguna diferencia entre el fotoprotector solar para el rostro y el fotoprotector solar para el cuerpo?

Sí, la textura y la formulación. Los fotoprotectores faciales suelen tener una textura más ligera y diseñada para su aplicación en el rostro. Están formulados específicamente para adaptarse a la delicada piel facial, siendo más livianos y de rápida absorción. Por otro lado, los fotoprotectores corporales presentan diferentes texturas (gel-crema, loción, aceite…) diseñadas para adaptarse mejor a la piel del cuerpo, que suele ser más gruesa, y facilitar su aplicación en grandes superficies.

¿El maquillaje puede sustituir a un fotoprotector?

La verdad es que no, el maquillaje no puede sustituir completamente a un fotoprotector. Si bien algunos productos de maquillaje pueden contener cierto nivel de protección solar, generalmente su SPF es bajo y no proporciona una protección adecuada contra la radiación.

La función principal del maquillaje es mejorar la apariencia estética de la piel, mientras que la del fotoprotector es proteger. Sin embargo, es posible combinar ambos para obtener beneficios adicionales.

¡Tu piel te acompaña en cada aventura, protégela siempre! Ahora que sabes cómo cuidarla, es momento de encontrar el fotoprotector ISDIN perfecto para ti. Porque el sol se disfruta más cuando tu piel está segura, radiante y lista para brillar.