La piel de tu bebé está llena de historias, experiencias y recuerdos. Si echas la vista atrás, es difícil creer cuánto ha crecido y cambiado, y cuántas versiones del mismo bebé has tenido la oportunidad de conocer y de enamorarte.
Mamá, te felicitamos por todo lo vivido y por todo lo que queda por venir. Porque a veces, por mucho que queramos detener el tiempo, todo pasa en un abrir y cerrar de ojos.
Queremos celebrar contigo cada cambio en la piel de tu bebé, cada centímetro añadido y cada marca que forme parte de su historia. Por eso tenemos la rutina ideal de productos que la cuidan y se integran perfectamente en su pequeño mundo.
Índice de contenidos
Un viaje de ternura y descubrimiento
La piel de tu bebé es verdaderamente sorprendente. Actúa como una barrera protectora que lo resguarda del mundo exterior, ayuda a regular su temperatura corporal y, lo que es aún más fascinante, le permite experimentar todo tipo de sensaciones a medida que explora su entorno.
Desde el momento en que nació, su piel ha estado en constante evolución y adaptación. Durante estos meses, es posible que hayas notado lo suave y tierna que es su piel. Sin embargo, también has estado ahí en los momentos menos dulces, cuando se pone seca o irritada. Mamá, has estado en cada paso del camino.
A medida que tu pequeño ser humano continúa explorando el mundo que lo rodea, su piel lo acompañará en cada paso del camino. Es un recordatorio constante de lo especial y único que ha sido el viaje para llegar hasta aquí.
¿Cómo es la piel de tu bebé?
La piel narrará la historia de toda una vida. A pesar de que adultos y niños comparten este órgano vital, la piel de los bebés es muy diferente. Durante los primeros años de vida, es muy sensible y requerirá atención y cuidados constantes. En comparación contigo, la piel de tu bebé:
- Se deshidrata con mayor facilidad.
- Es más fina.
- Tiene una mayor propensión a las alergias e irritaciones.
- Es capaz de absorber más humedad, pero también la pierde más rápido.
Consejo de experto: mamá, si notas cambios en la piel de tu bebé o la aparición de manchas, consulta a tu médico de confianza para ver los mejores tratamientos.
Al ser más delicada, la piel de tu pequeño va a necesitar una mayor protección. ¿Qué mejor manera de brindársela que con los productos adecuados? Acompáñanos, vas a descubrir el poder de crear su primera rutina de cuidado de la piel.
Hábitos que durarán toda la vida
El acto de cuidar la piel de tu bebé va más allá de lo superficial; es una forma de interactuar con todos sus sentidos, reforzando vuestra relación emocional y apoyando su desarrollo de manera saludable.
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y desempeña un papel crucial en la protección contra infecciones y la eliminación de toxinas. Al cuidar la piel de tu bebé, es menor la probabilidad de que padezca afecciones comunes como la dermatitis atópica, reduces riesgos futuros y refuerzas su barrera.
La zona del culito
Un año, un sinfín de pañales cambiados y una zona delicada. El culito del bebé es muy sensible y merece un cuidado específico. Seguro que a lo largo de este primer año, has aprendido todos los consejos de memoria: cambiar el pañal con regularidad, ajustarlo ni muy apretado ni muy suelto, y limpiar la zona de la manera adecuada.
¡Continua así! Para proteger su piel, aplica una fina capa de crema para pañal, usa productos sin fragancia y ten en cuenta posibles alergias. Ya sea que tu pequeño necesite una pomada regeneradora o una pomada reparadora, existe la solución perfecta para cuidar su delicada piel.
La hora del baño
A los bebés les encanta el agua y ahora están en la edad de explorar y descubrir nuevos juguetes. Pero, por muy divertido que sea pasar tiempo en la bañera, estar mucho tiempo en el agua puede resecar la piel.
Que la hora del baño sea corta, divertida y dulce, con algún juguete que puedan manipular y productos hipoalergénicos con ingredientes de origen natural. Sabemos que es difícil resistirse a geles con fragancias, pero lo mejor será un gel sin perfume. Y recuerda, una poca cantidad, ¡hace mucho!
La carita sonriente
Los bebés tienen una alegría que contagia. Seguro que no ha habido día en el que no te haya sacado una sonrisa, incluso en los momentos más difíciles. Su risa, su curiosidad y su amor incondicional iluminan los días y te recuerdan la belleza de las cosas simples de la vida.
Para hidratar su sonriente carita y protegerla, es esencial que sigas una rutina de cuidado facial. Cuanto más te acostumbres a hacerlo, ¡más fácil será! Además, familiarizar a los bebés con distintos tipos de cremas y texturas hará que sea más sencillo en un futuro incluir nuevos productos.
Y cuando pases la barrera de los 6 meses, fotoprotegerle del sol a diario será igual de importante.
Hay ventajas en la sensibilidad
Sí, la piel de tu bebé requiere mimo, cuidado y paciencia. Es sensible, pero esta sensibilidad es algo maravilloso. Cada vez que besas, masajeas o acaricias la piel de tu bebé, estimulas la producción de sus hormonas del bienestar, entre ellas la oxitocina, que fortalece el vínculo entre los dos.
Y recuerda, la maternidad es un viaje. Puede que algunos días la rutina no sea tan fácil de llevar, que echarle la crema parezca una misión imposible o que el baño no vaya tan bien como esperabas. Esto forma parte del camino.
Lo estás haciendo genial y junto a tu bebé, acabas de cerrar un gran capítulo de tu vida (y de la suya), ¡un año de emociones compartidas!
Artículo escrito y revisado por:
Belinda es periodista y copywriter creativa. Tras años de experiencia, decidió fusionar sus habilidades de escritura con su amor por el skincare, convirtiéndose en una especialista en la materia. ¿Su imprescindible? Un buen bálsamo de labios.