La piel atópica, también conocida como dermatitis atópica, es una alteración cutánea muy habitual en bebés y niños (entre el 10%-20% de los niños la presentan). Aunque es una enfermedad crónica, alterna periodos de remisión en los que casi desaparece y épocas de brotes en los que se siente mucho picor y pueden aparecer rojeces y eccemas. ¿Quieres conocer los mejores trucos para cuidar la piel atópica en niños y bebés? Hoy te explicamos los 6 imprescindibles.
Índice de contenidos
1. ¡Atención con la ropa!
La piel de los niños y bebés con dermatitis atópica es excesivamente sensible y en contacto con ciertos tejidos, se irrita al instante. Esto les produce picores, pero si se rascan pueden empeorar la situación o causarse infecciones, así que lo mejor es evitar estas telas.
Procura que se vistan con ropa de algodón y que no sea demasiado ceñida. Lava sus prendas con detergentes suaves y acláralas bien con agua. ¡Apuesta siempre por lo natural!
2. La piel atópica en niños y bebés debe estar siempre hidratada
La piel de los niños y los adultos con dermatitis atopica se deshidrata mucho más rápido que cualquier otra piel. Al no poder mantener el agua que necesitan, la irritación se agrava y los eccemas empeoran.
Especialmente tras la hora del baño, su piel es vulnerable y necesita un extra de hidratación inmediato. Lo mejor es aplicar diariamente una loción emoliente con agentes antimicrobianos que incluya algún tipo de activo antipicor como por ejemplo el Laureth-9.
3. Utiliza jabones específicos para la piel atópica en niños y bebés
El momento del baño es uno de los más delicados para los niños con dermatitis atópica. Necesitan utilizar jabones aptos para su piel ya que no sólo deben ser suaves, también deben proteger sus defensas sin resecar.
Aplícales productos como los de la gama Nutratopic con acción Pro-AMP que incluyen péptidos antimicrobianos para reforzar la función barrera de su piel.
4. Nada de pasar calor
Uno de los factores desencadenantes de los brotes de dermatitis es la sudoración. Es habitual, por ejemplo, ver erupciones e irritaciones en los pliegues y articulaciones de los bebés puesto que son las zonas en las que normalmente se acumula más sudor.
A la hora de dormir, lo mejor es que estén en una habitación en la que no haga demasiado calor y con sábanas de algodón para no estar toda la noche sudando. ¡Evitará que se despierten la mañana siguiente con una nueva irritación!
5. El polvo, cuanto más lejos, ¡mejor!
En el polvo viven los ácaros, unos insectos microscópicos que producen alergias en la piel y los ojos. Estos ácaros son especialmente molestos para los niños con piel atópica puesto que irritan todavía más las erupciones y eccemas propios de los brotes.
Además, los problemas respiratorios relacionados con la “marcha atópica” como el asma también se ven empeorados en ambientes con mucho polvo, así que se recomienda evitarlos.
6. Enséñales a no rascarse
Aunque les pica mucho, es importante que aprendan y entiendan que no deben rascarse. Cuando se rascan, irritan más la zona y empeoran aún más las defensas de su piel. Además, pueden llegar a hacerse heridas que pueden causar infecciones.
No es fácil, pero si se lo explicamos con palabras sencillas y tranquilizadoras entenderán que no deben rascarse. Por ejemplo, puedes decirles que en caso de sentir mucho picor pueden rascarse suavemente con la palma de la mano abierta.
Sigue estos consejos y verás cómo puedes minimizar los brotes y separarlos más en el tiempo. Si quieres saber más, descubre la guía básica para el cuidado de la dermatitis atópica en los bebés escrita por la Dra. Cristina Parra.
Artículo escrito y revisado por:
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