¡Mima tu piel en verano! La rutina de cuidado corporal que estabas esperando

Al fin podemos volver a disfrutar del sol y dejar atrás los jerséis de lana en pro de los vestidos de flores, faldas con vuelo y espaldas abiertas que tanto estábamos esperando. Tras todos estos meses en casa, nuestra piel no está preparada para pasar horas directamente expuesta a los rayos solares. Además de fortalecerla desde el interior, si quieres asegurarte una piel sana y un bronceado duradero, mantener una buena rutina de cuidado corporal será clave. Porque probablemente tu rutina de cuidado facial tiene más de 3 pasos, pero a veces nos olvidamos de que nuestro cuerpo también se merece los mismos mimos.

1) Exfolia suavemente tu piel

¿Puede que este sea el paso más olvidado de todos? Posiblemente, pero se trata de un proceso clave para mantener nuestra piel sana y alargar la duración de nuestro bronceado. Además, exfoliar suavemente la piel de 1 a 2 veces por semana te ayudará a conseguir un tono más homogéneo. 

Un par de días antes de tu primera exposición al sol, exfolia tu piel. Puedes utilizar una esponja de luffa, un cepillo, un guante exfoliante… ¡como prefieras! Luego, no olvides hidratarla en profundidad. Masajea tu loción favorita sobre tu cuerpo y agradécele todo lo que hace por ti. Este es el momento de darle todos los mimos que lleva tanto tiempo pidiendo. Psst, si no encuentras un producto hidratante que te convenza, te dejamos algunos consejos más abajo perfectos para cuidar tu piel en verano..

2) No subestimes la limpieza

Si lavas tu cuerpo con el primer jabón que encuentras sin pensar en qué beneficios te pueden aportar sus ingredientes, estás cometiendo un error. Seguro que para escoger un limpiador facial pasas mucho más tiempo debatiendo contigo misma, indagando sobre las propiedades de cada uno de sus ingredientes. ¿Por qué no dedicar el mismo tiempo al limpiador que utilizas sobre tu cuerpo? Al fin y al cabo, la piel del cuerpo también tiene características y requisitos específicos a los que debemos escuchar.

Primero de todo, establece si la piel de tu cuerpo está hidratada o deshidratada. ¿Cómo puedes saberlo? Es muy sencillo: pasados unos minutos tras salir de la ducha, ¿notas tu piel tersa o tirante? Tu piel es muy probable que esté deshidratada. Si, por lo contrario, tras tu ducha diaria notas tu piel sin tiranteces, es que está hidratada. Otro punto clave es el aspecto de tu piel: ¿sufres de descamación y picor en la piel especialmente en codos y rodillas? Probablemente estamos delante de una piel seca. Si por el contrario a veces te salen pequeños granitos en zonas como la espalda o escote, posiblemente tu piel sea normal o grasa. Para tratar cada una de estas particularidades, la solución es adaptar el cuidado de la piel a cada una de las zonas de tu cuerpo.

Si tu piel es normal o grasa, elige un gel de baño que respete el pH de tu piel y ayude a mantener su función barrera. Por otro lado, si tu piel es seca o sensible, opta por una fórmula con ingredientes como aloe vera o laureth-9 que alivien el picor de la piel.

3) Hidratación adaptada a ti

Ahora que ya conoces tu tipo de piel, es el momento de encontrar el producto hidratante que mejor se adapta a tus necesidades. Es bastante probable que tengas algún bote de crema hidratante guardado en un cajón perdido del baño, detrás del cepillo, el secador, y veinticinco productos que usas más a menudo. Encontrar una hidratante que realmente quieras usar no es tarea fácil. Hay personas que prefieren hidratantes untuosas que dejen la piel brillante, otras necesitan texturas casi en gel que se absorban de manera inmediata y seguramente la que le funcione a tu mejor amiga no sea la más adecuada para ti.

Dime cuándo te duchas y te diré qué hidratante necesitas. No, en serio. Si eres de duchas por la mañana, de salir con prisas casi sin tiempo de tomarte el primer café del día, tu mejor opción es una loción hidratante ligera, que te permita vestirte sin dilación .Que se absorba rapidito, que tenemos mucho día por delante. Porque no, tener prisa no es excusa para dejar de lado la hidratación. Si, en cambio eres de largas duchas relajantes por la noche, de desafinar tu lista de Spotify favorita mientras te aclaras la mascarilla y te gusta dedicar tiempo al cuidado de tu piel en verano, te recomendamos una crema un poco más densa que te permita disfrutar de tu momento “spa en casa” como mereces.

Hace un momento has identificado tu tipo de piel. ¿Tu piel es seca? Probablemente busques una hidratación intensa que te dure todo el día (y, en verano, si es de rápida absorción, mejor). ¿Tu piel es muy seca, o hasta descamativa? No te preocupes, para el cuidado de tu tipo de piel deberás utilizar una loción específica para tratar esta necesidad y rebajar el picor de la piel en verano.

¡No olvides proteger tu piel!

Si vas a salir al exterior, ¡no te olvides de la fotoprotección! Recuerda que para proteger tu piel y conseguir un bronceado saludable y duradero debes protegerla correctamente: utiliza una protección adecuada, reaplícala cada dos horas y busca refugio durante las horas de mayor exposición solar. ¿Quieres asegurarte de que te proteges adecuadamente? ¡Compruébalo aquí!

4) Extra: ¿acné corporal? No me suena.

Te dejamos aquí un consejo extra: ahora que llega el calor es posible que reaparezca el molesto acné corporal. Para combatirlo, además de realizar una rutina de higiene correcta, puedes utilizar un spray como Acniben body, con ácido salicílico y ácido glicólico, pensado específicamente para zonas de difícil acceso. ¡Y dale la espalda a los granos! Psst, recuerda que es mejor utilizarlo por la noche, después de la ducha. Si lo utilizas durante el día, ¡no olvides la fotoprotección!

Hasta aquí nuestros 4+1 pasos para una rutina corporal completa, perfecta para cuidar tu piel en los días de más calor. ¡Y que nada te pare este verano!