La sexualidad durante el embarazo puede ser un viaje en sí misma, influenciada por muchos factores: tu relación, la información (¡y desinformación!) que te rodea, y esos inevitables cambios en tu cuerpo.
Tu barriga crece, las hormonas se revolucionan y, por supuesto, surgen innumerables opiniones no solicitadas sobre lo que deberías o no deberías hacer.
Como futura mamá, es natural sentir un torbellino de emociones, dudas y alegrías. Pero no estás sola en esto. Hoy, en colaboración con el ginecólogo y obstetra Félix Lugo, te contamos qué esperar en cuanto a tu sexualidad cuando estás esperando.
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Félix Lugo de la mano contigo
Conocido también como @drfelixlugo y MIGINEBLOG en Youtube, Félix Lugo es un referente en la divulgación científica por ser un destacado médico en Ginecología y Obstetricia con más de 20 años de trayectoria. Actualmente lidera la unidad de salud íntima y disfunción de suelo pélvico en la clínica ginecológica Women’s CD.
Cada cuerpo es un mundo
El embarazo desencadena una multitud de cambios que pueden influir en el deseo sexual de las futuras mamás. El aumento en los niveles de estrógeno y progesterona, sumado al incremento del flujo sanguíneo hacia los genitales, puede intensificar el deseo sexual. No obstante, las náuseas, la fatiga, el estrés y otros cambios físicos pueden disminuirlo.
Félix nos explica que la percepción sobre la imagen corporal durante el embarazo también tiene un papel fundamental en la intimidad: “Aunque muchas mujeres embarazadas lucen radiantes debido a los cambios hormonales, no todas se sienten cómodas con su apariencia”. Además, agrega que es esencial trabajar en la autoestima y la percepción corporal, ya que esto repercutirá en la vida íntima y en cómo se siente la mujer respecto a sí misma durante y después del embarazo.
A medida que tus hormonas cambian y tu cuerpo se transforma, puedes notar que tu apetito sexual viene y va, o va y viene. Disfruta de cada etapa, ya que no hay un estándar de normalidad.
Sexualidad en el primer, segundo y tercer trimestre
Cada mamá brilla con luz propia y su cuerpo reacciona de forma individual a los vaivenes hormonales. Aunque cada embarazo tiene su propia esencia, suele ser habitual que el deseo sexual decaiga en el primer trimestre, se intensifique en el segundo y vuelva a disminuir en el tercero.
El primer trimestre
Marcado por las 2 rayas del test de embarazo positivo, el primer trimestre trae consigo toda una ola de cambios físicos y emocionales. En algunas mamás, los cambios se manifiestan de la misma manera, pero en muchas ocasiones resulta ser diferente.
Félix ha observado de primera mano cómo en estas primeras semanas surgen temores y dudas, pero no deben preocuparte.
Consejo de ginecólogo: algunas parejas piensan que tener relaciones podría dañar al bebé, pero eso está lejos de la verdad. En realidad, el bebé no es consciente de lo que pasa.
Entre estas preocupaciones y picos hormonales, existen otros síntomas que también pueden afectar la libido en el primer trimestre, como las náuseas, el cansancio, el malestar general o el miedo a una infección.
¿La buena noticia? Muchos de los síntomas suelen mejorar a partir de las semanas 12 y 14. Sé paciente y amable contigo misma; muy pronto te sentirás como de costumbre (con pequeñas excepciones, claro).
El segundo trimestre
Desde el punto de vista emocional, Félix lo tiene claro: “El segundo trimestre es considerado por muchos como el mejor para mantener relaciones porque la madre no se siente tan agobiada y ve que todo marcha bien”.
Esta sensación de tranquilidad, combinada con la aceptación y control de la situación, así como con los cambios físicos, puede hacer que se disfrute más del sexo.
El estrógeno puede incrementar la lubricación vaginal y el flujo sanguíneo hacia tus zonas íntimas. Además, muchas parejas experimentan una profundización en su vínculo, sintiéndose más unidas y seguras en su relación durante esta etapa especial. Y no solo eso, algunas mamás también experimentan una intensificación de su deseo sexual, lo que puede inspirar a explorar nuevas experiencias.
El tercer trimestre
Como dice Félix, el tercer trimestre trae cambios, y la decisión de tener o no relaciones dependerá de cómo se sienta la futura mamá. Durante esta etapa, muchas mujeres encuentran el sexo más difícil debido a los notorios cambios físicos.
También hay mamás que experimentan contracciones leves al moverse, estar de pie durante mucho tiempo o tener un orgasmo, pero son perfectamente normales. Se conocen como contracciones de Braxton Hicks y pueden resultar incómodas; notarás que los músculos de tu útero se endurecen, pero no hay motivo para alarmarse.
Si esto sucede, prueba con algunas técnicas de relajación o túmbate tranquilamente hasta que las contracciones cesen. En definitiva, el sexo es una parte saludable — ¡y feliz! — del embarazo. Siempre que tu médico dé el visto bueno, eres libre de hacer lo que te haga sentir bien.
Vamos a decir adiós a los mitos
¿Puede el sexo afectar al bebé de alguna manera?
Uno de los mayores temores en torno al sexo durante el embarazo es el miedo de hacer daño al bebé. Sin embargo, tal como vimos en el primer trimestre, las relaciones no dañarán al bebé, que está protegido por tu abdomen y las paredes musculares del útero.
¿Qué es lo bueno o lo malo?
Digamos que a lo largo de los 3 trimestres, el sexo es un poco de ensayo y error. Lo que se siente increíble una semana puede resultar incómodo la siguiente. Y lo que es maravilloso para algunas futuras mamás, puede ser incómodo para otras.
La realidad es que, mientras te sientas cómoda, la mayoría de las actividades íntimas son adecuadas durante el embarazo. Explora, experimenta y encuentra la comodidad con tu pareja.
¿Es posible experimentar una disminución o aumento del deseo sexual?
¡Sí! Para muchas mujeres, el embarazo puede incluso resultar liberador en términos sexuales. Pero recuerda, tu apetito sexual puede disminuir durante este período y eso también es normal.
La intimidad va más allá del acto sexual. Durante el embarazo, es posible que encuentres el sexo muy placentero o, por el contrario, puede que no te apetezca en absoluto.
Es esencial que hables con tu pareja: comunica de manera abierta y cariñosa tus necesidades y preocupaciones. Además, hay muchas maneras de expresar amor, como a través de besos, masajes o simplemente un abrazo.
Después del parto
Después del parto, todo puede tardar un poco más en reactivarse, incluida la relación de pareja. Pero, mamá, no te preocupes: el sexo debería ser la última de tus preocupaciones en este momento.
Félix nos cuenta más al respecto: “Tras dar a luz, los especialistas recomiendan mantener una cuarentena que puede durar entre 30 y 40 días. Durante este período, es esencial que la madre esté completamente recuperada, ya sea de una cesárea o de un parto natural”. Y añade: ”Es un error común creer que la recuperación de una cesárea es más larga que la de un parto natural. En realidad, todo se reduce a la situación personal de cada mamá y cómo transcurre el parto”.
”Es un error común creer que la recuperación de una cesárea es más larga que la de un parto natural. En realidad, todo se reduce a la situación personal de cada mamá y cómo transcurre el parto”.
@drfelixlugo
Desde una perspectiva médica, se sugiere evitar las relaciones sexuales completas hasta 4 a 6 semanas después del parto. Durante este período, el cuerpo expulsa los loquios, el cuello del útero se cierra y el canal del parto se recupera.
Después del puerperio, serás tú misma quien decida cuándo es el momento adecuado. No existe un momento perfecto para volver a encender la llama; cada persona, cada situación y cada relación es diferente.
Habla sobre este tema con tu pareja y vuelve a la acción cuando te sientas preparada. ¡Felicidades, mamá!
El comienzo de algo especial
Queremos que disfrutes del viaje y estaremos contigo en cada paso del camino. Ante cualquier duda que te surja relacionada con tu embarazo, por favor, consulta a un profesional de la salud.
Artículo escrito y revisado por:
Belinda es periodista y copywriter creativa. Tras años de experiencia, decidió fusionar sus habilidades de escritura con su amor por el skincare, convirtiéndose en una especialista en la materia. ¿Su imprescindible? Un buen bálsamo de labios.