Hace algunas semanas dimos el pistoletazo de salida al verano. Por delante, nos esperan un montón de buenos momentos bajo el sol, alegría y muchas aventuras. Si tienes peques en casa, ya sabes lo que significa: zambullirse en el agua, hacer castillos de arena, jugar con amigos y dar volteretas por la playa. Todos hemos sido niños y sabemos que, a esas edades, lo último que se piensa es en la protección solar.
Cada verano se repite la misma escena: niños corriendo por la arena y madres y padres detrás, con el fotoprotector en mano, intentando alcanzarlos como pueden. Que si no les gusta la textura, que si no quieren aplicárselo… ¿Quieres evitarlo (dentro de lo posible) este año? Te contamos algunos de nuestros trucos favoritos para que los peques adoren echarse fotoprotector tanto como jugar.
Índice de contenidos
Antes del cómo, hay un porqué
Lo primero es lo primero: además de prevenir el daño a corto plazo como las quemaduras solares, eritema, deshidratación y hasta golpes de calor, el fotoprotector es clave para evitar daños a largo plazo en la piel de los niños. Una piel que es más delicada que la de los adultos:
- Es más fina y delgada, lo que la hace más susceptible a los daños de la radiación solar.
- Tiene menor producción de melanina, encargada de proporcionar protección natural contra los rayos UV.
- Los mecanismos de reparación natural todavía se están desarrollando, por lo que tiene una recuperación más lenta de los daños.
- Se deshidrata más rápido, lo que puede resultar en una mayor vulnerabilidad a los efectos dañinos del sol.
Está demostrado que reducir la exposición a los rayos solares durante la infancia puede disminuir de manera muy significativa la incidencia del cáncer de piel en niños y adultos. ¿Sabías que con solo 5 quemaduras solares graves antes de los 20 años el riesgo de padecer un melanoma aumenta en un 80%? Por eso es tan importante educar a nuestros hijos en unos buenos hábitos de protección solar.
¿Sabías que con solo 5 quemaduras solares graves antes de los 20 años el riesgo de padecer un melanoma aumenta en un 80%?
1. Aprender imitando
Todos lo sabemos, los niños repiten lo que ven en casa (tanto lo bueno como lo que no lo es tanto). Nuestra apuesta segura es que si tus hijos te ven aplicarte protección solar, querrán hacer lo mismo. Una muy buena idea para que aprendan a aplicárselo es hacerlo por turnos. Tú se lo aplicas primero; después, ellos te lo ponen a ti. Les parecerá divertidísimo, y mientras tanto puedes aprovechar para enseñarles la importancia de no olvidar ninguna zona expuesta al sol, como las manos, el cuello o las orejas.
Otro truco que no falla es hacerlo antes de salir de casa, ¡así no habrá problema cuando salgan corriendo hacia el mar! Lo ideal es hacerlo entre 15 y 30 minutos antes de la exposición al sol, y trabajo que te ahorras en la playa.
Consejo de experto: recuerda reaplicar el fotoprotector cada 2 horas para asegurar que su piel está protegida correctamente. Hazlo también cada vez que salgan del agua o se sequen con una toalla.
2. Aprovechar los momentos de calma
Si alguna vez has tenido que aplicar protector solar a un niño pequeño, sabes lo difícil que puede ser. Son pura energía, así que vale la pena aprovechar los momentos de calma para hacerlo, cuando menos lo esperen. Aquí van algunas ideas:
- En la sillita del coche, antes de partir hacia la playa.
- En el carrito mientras dais un paseo.
- En los vestuarios de la piscina antes de una tarde de diversión.
¡Será mucho más rápido!
3. Convertirlo en un juego
Todo lo que sea jugar es bienvenido. ¿Qué mejor truco que hacer de los hábitos una actividad divertida? Si lo ven como tal, les apetecerá mucho más usar el protector.
Puedes inventar historias donde aplicar la crema los convierta en superhéroes con poderes especiales contra los rayos del sol. O incluso convertirlo en una competencia divertida: ¡el que primero se eche la crema gana!
¿Les gusta bailar? Otra opción es ponerles su canción favorita y que tengan que cubrir todas las áreas de la piel antes de que termine. ¿Les encantan las adivinanzas? Dibújales formas o palabras con la crema en la espalda y que adivinen qué has escrito.
4. Encontrar el fotoprotector perfecto
De todos los trucos, no hay ninguno que iguale a este último: escoger un fotoprotector adecuado con una textura agradable y que les guste. Ojo, que hacerlo no es tan fácil como parece. Para escoger el mejor protector solar para niños, hay varios factores que debes contemplar. ¡Por suerte, nosotros te guiamos!
- El SPF es una medida que, de manera orientativa, te ayuda a conocer el poder de protección que tiene un fotoprotector frente a la radiación ultravioleta B (UVB), la cual es responsable de las quemaduras solares. Escoge un SPF alto o muy alto (idealmente 50 o 50+).
- Busca fórmulas que no irriten los ojos con texturas suaves: los niños toquetean todo lo que ven, ¡no pueden evitarlo! Escoge una fórmula que no irrite su mirada (incluso cuando llevan las manos a ello).
- Escoge fotoprotectores resistentes al agua; para ello, asegúrate de que en la etiqueta ponga “water resistant” o “very water resistant”. Muchas veces los pequeños de la casa pasan más tiempo dentro que fuera del agua, así que no debemos olvidar este punto clave.
- Compra fotoprotectores fáciles de aplicar, por ejemplo, escoge formatos en spray o en gel-crema. Así será muy fácil que los peques los utilicen ellos mismos y aprendan a protegerse del sol. Escoge un fotoprotector ligero y que no deje residuo.
- ¡Si tiene beneficios extra, mejor! Escoge ingredientes que mimen su delicada piel, como el extracto de siempreviva, una planta con propiedades antioxidantes y calmantes que refuerza la barrera cutánea.
Ya lo has visto, hacer que los peques de la casa se protejan puede ser muy divertido. Y aunque los días soleados son perfectos para crear recuerdos inolvidables, la fotoprotección es necesaria todos los días del año, da igual la estación, el tiempo o el clima. Es otra lección importante que deben aprender, pero puede ser igual de divertida.
¡No hay nada como crear hábitos saludables juntos y cuidar su piel toda una vida!
Artículo escrito y revisado por:
Belinda es periodista y copywriter creativa. Tras años de experiencia, decidió fusionar sus habilidades de escritura con su amor por el skincare, convirtiéndose en una especialista en la materia. ¿Su imprescindible? Un buen bálsamo de labios.