La vitamina C siempre ha estado ahí. En el desayuno, en los catarros, en los días que necesitábamos un extra de energía. Pero ahora, más allá del zumo y los recuerdos, se ha colado en nuestros neceseres como un imprescindible del cuidado de la piel.
¿La razón? Esta vitamina tiene superpoderes. Ilumina, protege, mejora el tono, y es una de las mejores aliadas contra los signos de la edad. No es casualidad que cada vez más personas la busquen como parte clave de su rutina diaria.
Pero (porque siempre hay un ‘pero’), usarla bien marca la diferencia entre un “me va genial” y un “no noto nada”. Así que si alguna vez te has preguntado por qué la vitamina C funciona tan bien en la piel, cómo elegirla o con qué combinarla para sacarle todo el jugo (nunca mejor dicho)… estás en el sitio adecuado.
VITAMINA C (o ácido ascórbico, si nos ponemos técnicos)
¿Qué es? Una vitamina con muchísimo poder antioxidante.
¿Qué hace? Ilumina el rostro, mejora el tono desigual y protege frente a los daños del entorno como la polución o el estrés.
¿Para quién es? Para cualquier tipo de piel, aunque viene genial si notas la piel apagada, con manchitas o si ya asoman las primeras líneas de expresión.
Cómo usarlo: aplícalo sobre la piel limpia y seca, en sérum o en crema. Puedes usarlo por la mañana o por la noche, pero si es tu primera vez, empieza por la mañana. Tu piel lo va a agradecer.
Va genial con: con melatonina y vitamina E, que le dan un plus antioxidante. Y con ácido hialurónico, que hidrata y deja la piel suave y jugosa.
No lo combines con: ncon ácidos exfoliantes o retinoides, al menos no a la vez. Puede ser demasiado para tu piel y causar irritación. Usa vitamina C por la mañana, y los ácidos o retinoides por la noche.
Descúbrelo en: Flavo-C, Flavo-C Forte, Melaclear, ¡y más!
Índice de contenidos
¿Qué es la vitamina C?
La vitamina C es un antioxidante muy potente que se encuentra de forma natural en frutas, verduras… y, sí, en ese zumo de naranja que tantas veces nos ofrecieron diciendo ‘’tómatelo antes de que se le vayan las vitaminas’’.
Pero más allá de ese recuerdo de infancia, la vitamina C cumple un papel fundamental en el cuidado de la piel. Ayuda a mantener el colágeno —una de las proteínas más importantes para la firmeza y elasticidad— y aporta una luminosidad natural que se traduce en una piel con aspecto saludable y descansado.
Además, como buen antioxidante, protege frente al daño causado por los radicales libres. Esas moléculas inestables que se generan por factores como la exposición al sol, la contaminación, el tabaco, el estrés, el clima o incluso la falta de sueño. Todo eso forma parte de lo que se conoce como exposoma, es decir, el conjunto de agresiones externas e internas que afectan a nuestra piel a diario y aceleran su envejecimiento.
La vitamina C ayuda a neutralizar esos radicales libres antes de que hagan de las suyas, protegiendo la piel y manteniéndola con un aspecto más joven, firme y luminoso.
¿Te suena nuevo lo del exposoma? Descúbrelo aquí y entiende cómo impacta en tu piel cada día.
¿Qué puede hacer la vitamina C por mi piel?

¡Mucho más de lo que parece! La vitamina C es uno de los ingredientes más completos en el mundo del skincare, y estos son algunos de sus beneficios más destacados:
- Favorecer la producción de colágeno para una piel más firme y elástica.
- Proteger frente a agresores externos como la radiación solar.
- Atenuar líneas de expresión y arrugas.
- Ayudar a reducir manchas oscuras y a igualar el tono.
- Aportar una luminosidad visible y mejora la textura general de la piel.
Recuerda isdinlover, aunque la vitamina C ayuda a proteger la piel, nunca sustituye al protector solar. Para una defensa completa, combínala siempre con tu fotoprotector favorito.
¿Para quién es la vitamina C?

Si notas tu piel más apagada, con tono desigual o empiezas a notar el paso del tiempo… este ingrediente es para ti. Funciona bien en casi todos los tipos de piel. Eso sí, si la tienes muy sensible, empieza poco a poco y evita mezclarla con otros activos fuertes al principio. Dale tiempo. Y verás el cambio.
¿Cómo combinar la vitamina C con otros productos de skincare?
Vitamina C + Ácido hialurónico
Una combinación que funciona de maravilla. La vitamina C se encarga de iluminar y proteger, mientras que el ácido hialurónico hidrata en profundidad y ayuda a rellenar la piel. ¿El resultado? Una piel más lisa, elástica y con ese aspecto jugoso que tanto nos gusta.
Vitamina C + Melatonina
Dos antioxidantes que se entienden a la perfección. La vitamina C actúa durante el día, iluminando y protegiendo frente al daño de los radicales libres. La melatonina, por su parte, entra en acción por la noche, ayudando a regenerar la piel mientras duermes. ¿Usarlas juntas? Es una forma inteligente de potenciar la recuperación cutánea y conseguir ese glow saludable.
Vitamina C + Retinal
Son dos pesos pesados del cuidado facial, pero juntos pueden resultar demasiado, sobre todo si tienes la piel sensible. ¿La clave para aprovecharlos sin dramas? Vitamina C por la mañana y retinal por la noche. Así cada uno hace su trabajo, y tu piel lo agradece.
Combinaciones que mejor evitar
La vitamina C tiene un pH ácido, así que mezclarla con exfoliantes como los AHAs o BHAs puede causar irritación. ¿Lo mejor? Usar los ácidos por la noche o en días alternos, lejos de tu dosis de vitamina C. Así evitas sustos y cuidas tu barrera cutánea.
Tu rutina paso a paso con vitamina C
Empieza con un limpiador en aceite
Una buena limpieza es la base de todo. Usar un limpiador en aceite por la mañana prepara la piel para el día, y por la noche ayuda a eliminar restos de polución, maquillaje y protector solar sin arrastrar tu hidratación natural.
Pero, ¿por qué en aceite? Porque el aceite atrae al aceite, así que este tipo de textura se adhiere a la suciedad, al sebo y a los residuos del día. Algunas fórmulas, además, tienen un plus antioxidante. Un 2×1 para tu piel.

Después, mima tu contorno de ojos
La piel del contorno de los ojos es la más fina y delicada del rostro, por eso necesita un extra de mimo. Lo ideal es usar contornos específicos que se adapten a lo que tu piel necesita en cada momento del día: uno que ilumine por la mañana y otro que repare por la noche.
Por la mañana: apuesta por un contorno con óxido de vitamina K para ayudar a iluminar y reducir las ojeras oscuras. Despierta tu mirada al instante.


Por la noche: dale a tu contorno el descanso que se merece. Las fórmulas con melatonina ayudan a contrarrestar el estrés oxidativo causado por las agresiones del día.
¡La vitamina C entra en acción!
Con texturas que se funden con la piel e ingredientes súper concentrados, los sérums son de lo más potente en cualquier rutina facial. Y por eso, son el formato perfecto para la vitamina C.
¿Nuestra recomendación? Flavo-C Forte, un sérum ultraconcentrado con un 15% de vitamina C pura y fresca que ilumina al instante, mejora la elasticidad y protege del daño causado por el sol, la polución… ¡y hasta del estrés!
Su fórmula es potente, sí, pero también inteligente: gracias a su envase innovador, la vitamina C se mantiene estable y eficaz justo hasta el momento de uso.

Una auténtica dosis de energía para la piel, lista para transformar tu rutina desde la primera aplicación.
Es hora de hidratar y sellar
Después del sérum, tu piel necesita hidratación para mantener el equilibrio y potenciar los resultados. ¿Por qué? Porque una barrera cutánea bien hidratada ayuda a que la vitamina C actúe mejor y se mantenga su efecto antioxidante durante más tiempo.
Seca, mixta, grasa o sensible… cada tipo responde de forma distinta. Por eso, lo importante es elegir una crema hidratante que se adapte a ti. ¿No sabes por dónde empezar? Descúbrelo en nuestra guía personalizada.

Por último, tu fotoprotector
Haga sol, llueva o esté nublado, el último paso de tu rutina de mañana siempre debe ser un fotoprotector con SPF alto y de amplio espectro. Aplícalo después de tu hidratante para proteger la piel frente a los daños del sol. Y recuerda: lo ideal es reaplicarlo cada dos horas, ¡es lo que recomiendan los dermatólogos!
Descubre la familia Fusión Water MAGIC de ISDIN: texturas ultraligeras, hidratación intensa y acción antioxidante. Disponible con color, efecto glow o incluso cuidado antienvejecimiento.

Resolvemos tus dudas sobre la vitamina C
¿Es segura la vitamina C para pieles sensibles?
En general, sí. La vitamina C se tolera bien, incluso en pieles delicadas. Pero si tienes la piel sensible, lo mejor es no combinarla al principio con ingredientes como retinoides o ácidos exfoliantes (tipo glicólico). Dales su espacio: vitamina C por la mañana, y ácidos o retinoides por la noche. Y si algo no te convence, tu dermatólogo siempre tiene la última palabra.
¿Puedo usar vitamina C todos los días?
Sí, siempre que tu piel esté a gusto con ella. El uso diario de vitamina C ayuda a mejorar la luminosidad y a reforzar la defensa frente a las agresiones externas, tanto de día como de noche.
¿Cuándo se notan los resultados? La piel puede verse más luminosa en pocos días, pero para notar un tono más uniforme o más firmeza, lo ideal es usarla de forma constante durante varias semanas.
¿La vitamina C caduca?
Sí. Como cualquier producto cosmético, tiene una vida útil. Revisa la fecha de caducidad o el símbolo PAO (ese tarrito abierto con el número de meses) en el envase. Un apunte importante: la vitamina C es sensible a la luz y al calor. Lo mejor es optar por envases opacos y guardarla en un lugar fresco y sin sol directo. Así mantendrás su potencia intacta.
Brillas con luz propia
La vitamina C es mucho más que un ingrediente: es energía, es luz, es renovación. Puede transformar tu rutina, ayudarte a recuperar la vitalidad de tu piel y a protegerla de todo lo que la rodea. Incorpórala a tu día a día, acompáñala siempre de fotoprotección y crea un ritual que no solo cuide tu piel, sino también tu bienestar.
Y por encima de todo, quiérete. Cuida tu piel. Protégela. Y deja que brille, como tú, con luz propia.
Artículo escrito y revisado por:
Belinda es periodista y copywriter creativa. Tras años de experiencia, decidió fusionar sus habilidades de escritura con su amor por el skincare, convirtiéndose en una especialista en la materia. ¿Su imprescindible? Un buen bálsamo de labios.